lunes, 30 de abril de 2007

Sin título

La ley se aprobó (gracias a Dios (si, este es un muy mal chiste)). Hoy el aborto es legal en el Distrito Federal. Lo que veremos en adelante será un fenómeno muy interesante que no precisaré aquí, sino tal vez próximamente en el Jicotillo.
Cuando vi los titulares anunciando la aprobación del aborto experimenté un shock tremendo. Advertí lo diferente que hubiera sido mi historia (y la de ella) de haber sido legal hace seis años. Nuestras vidas serían harto distintas. No escribiré variedad de adjetivos, solo diré que hubiera sido mejor, mil veces mejor.
Hay muchas expectativas, muchas; ojala se cumplan las mejores de ellas, las mujeres lo merecen.

martes, 24 de abril de 2007

Yo, que he abortado

El tema del aborto viene mucho esta temporada; está de moda, pues. Y todo esto porque en el Distrito Federal está a discusión despenalizarlo, dada esta circunstancia el tablero se ha divido y la gente toma partido. Esta iniciativa de ley ha propiciado muchas reacciones, quizás de las más importantes es la oposición manifiesta de la ultraderecha más exquisita, más refinada, en su expresión mas acabada (o sea la mas pedestre). Resulta llamativa esta respuesta, en mi ignorancia no habría supuesto tan purulento e intrínseco el ideario ultraderechista, el cual se está expresando en manifestaciones y varias presentaciones en los medios de comunicación.

Sin embargo me sorprende la respuesta que surgió en mí a esta marabunta panfletaria de información: inconscientemente me coloqué en contra del aborto.



Hace muchos años mi pareja se embarazó de mi, cuando nos dieron los resultados del laboratorio inmediatamente le manifesté mi apoyo cualquiera que fuera su decisión; en definitiva era su cuerpo, en ella se desarrollaría el bebé, ella sería la madre y toda su vida cambiaría de eje, quisiera o no. Su decisión fue difícil, dolorosa: abortó.

Ella tiene su historia, hoy quiero contar la mía. Yo la apoyé, como ya he dicho; pero yo quería tenerlo, sufrí por ello. Los años han pasado y no me arrepiento de haberlo hecho. Hoy tendría seis años aquel niño. Aún no he terminado mi licenciatura, tengo trabajo pero definitivamente no gano lo suficiente para sostener una familia; ella ha tenido mejor suerte que yo, pero con toda seguridad no estaría donde está de haber tenido a ese niño, por otro lado, haber mantenido la pareja se antoja imposible. ¿Y el niño? Hasta ahora solo he hablado de los que fuimos, pero no de lo que pudo ser.

Dice la tele que el mexicano es muy luchón, que siempre sabe salir adelante, el cielo prometido será su recompensa a haber soportado la voluntá de dios en esta tierra. Muchos dirán que de haber nacido ese niño habríamos encontrado la manera cuidarlo. Tengo muchas respuestas a esto, algunas podrían ser políticamente correctas, otras podrían ser poéticamente acertadas, hasta podrían resultar panegíricas. Lo cierto es que puedo decir con absoluta certeza (la certeza que da el conocimiento científico de mi entorno) que aquel niño no habría tenido una vida. Vivir en la miseria no es vida.

Han pasado los años, todavía me duele a ratos; hoy descubro que yo también aborté, yo también perdí algo de mi ser, quizás por eso respondí inconscientemente de ese modo; pero me es evidente, más allá de las razones económicas-sociales, que todos hubiéramos sufrido más al ver que no habríamos dado lo mínimo necesario para el hijo.

Permitir el aborto es completamente legítimo, pero sobre todo necesario, ya que de todos modos el aborto es una realidad. Responder a los torpes sofismas de la ultraderecha es farragoso e innecesario, sólo diré que los que abortaron a la razón no merecen atención alguna, lamentablemente son los más poderosos y con mejores canales de comunicación.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...