jueves, 27 de septiembre de 2012

De las sutilezas del amor

Cuando uno es joven muere por el amor, duele respirar, duele mirar, duele saber al ser amado lejano, y acaso, sin consciencia de nuestra persona. Nunca he negado que en mi historia el amor fue un eje, un círculo de fuego dentro del que vivía.

Recuerdo con prodigiosa claridad episodios completos de mi vida, recuerdo vestidos, los movimientos de una mano, la luz de cierto día, olores y palabras. Como a cualquier hombre puedo consignar que me han castigado con pasiones ingratas e igualmente me han ofrendado con sonrisas y atenciones.


No puedo decir que sigo siendo un niño, y quizás, por mi actitud, poco queda para decir que sigo siendo joven, ya todas esas pasiones inútiles han quedado en el papel de mi memoria y ni siquiera alimentan fantasías pasajeras.


Hace ya casi siete años que llevo una relación que sería ingrato adjetivar, pero puedo presumir que soy feliz, inmensamente feliz, no hay manera de hacer literatura con mi vida, sería injusto en este momento, y es que es tanto lo de nos damos que acaso sólo en las sutilezas del amor aparece la vastedad de nuestro amor.

Un día jugando, tonteando en la calle, le he pedido que me regalara un dinosaurio, tiempo después tuve un par de día grises y ella me obsequió el par de juguetes que usted ve en las fotos, son pequeños, realmente pequeños, acaso de centímetro y medio, pero en este par de juguetes va toda una guerra de besos, de caricias y palabras de aliento.

Gracias, María.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

A mis 32 años & Soundtrack de mi vida. Año 32

Desde que comencé el proyecto atresdecadas el blog había tenido mucho actividad desde principios de septiembre, sin embargo este año se sumaron dos factores que impidieron lo anterior: el primero fue el evento Devastation de un nuevo proyecto en el mundo de los Transformers, el segundo fue un problema laboral.

Mucho se ha dicho de no ventilar problemas laborales en las redes sociales, estoy completamente de acuerdo, si me atrevo a expresarlo es porque desde entonces me he sentido profundamente humillado y hostigado, nunca había tenido un problema así porque realmente hago lo que se me indica y no soy negligente. Sin duda ha terminado un ciclo en mi actual trabajo, vaya a saber que sigue en el mediano plazo.

Además este año se rompieron la patita dos padres en mi vida, uno fue mi padre y el otro mi suegra, en ambos casos vivimos esas reuniones familiares en torno a un enfermo, dinero, tiempos y acuerdos complicados.

Mi ritmo de adquisiciones de Transformer también va a la baja cada vez más rápido, en cambio he diversificado la colección, por ejemplo con Hot Wheels.

En fin, ha sido un año complicado, de hecho cada año es más complicado, hay más obligaciones, los proyectos personales son más caros y difíciles de concretar, por eso elegí esta canción para mi año 32.


El Budismo me ha enseñado muchas cosas, me las enseñado vía la práctica (no por la vía de preceptos o mandatos), una de las más valiosas es que todo es impermanente, es decir, que nada permanece, todo está en cambio. Así que en lugar de entristecerme o decepcionarme porque las cosas no suceden como quiero cambiaré de vía, empezaré a hacer las cosas de otro modo, a los 32 es justo.

Ahora que concluyo mi año 32 y entro el doble tres me doy cuento de lo raro que puede configurarse el mundo, ahora mismo mi principal batalla es contra el verdadero icono, la cruz, el sacrificio, la muerte, justo cuando llego a la edad del hombre.

Por eso este blog inicia operaciones justo hoy, así que de aquí a un mes trataré de mantener activo este lugar.

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