martes, 30 de agosto de 2016

Diez años en blogger

Hace once años estaba en la fiesta de fin de año del trabajo que tenía entonces, fue una auténtica bacanal, pero yo estaba sólo... después de un rato de aburrirme tomé el teléfono y llamé a varios amigos, pero ninguno estaba disponible para ir.

Una de las amigas a las que hablé era un ex compañera de un taller de creación literaria, varios años más chica que yo. Me dijo que ahora tenía un blog, me dio la dirección que anoté (mal) en una hoja, y luego volví a la fiesta, a penar en solitario, a seguir bebiendo, ¡cómo bebí esa noche!, la tina del baño estaba llena de cervezas, nadando en trozos de hielo.

Días después encontré la nota de la dirección del blog, intenté entrar, pero la había anotado mal. Por supuesto hace diez años no había tantas redes sociales, y todavía no se alcanzaba la velocidad vertiginosa de comunicación, así que pasó un buen tiempo para pedir de nuevo la dirección.

La Trompetista de Falopio

Todavía por entonces me consideraba escritor, trataba de seguir todo el ritual, ya saben, escribir mucho, fabular, leer, dolerme por la vida, etc. Sabía de que iban los blogs y no los consideraba un espacio serio para mis sagradas letras *risas grabadas*.

La Trompetista de Falopio me insistió un poco para que abriera mi blog, pero ante la incapacidad para definir un tema, personaje o línea pasaron meses, hasta que un día, mucho tiempo después de aquella llamada en medio de la fiesta de fin de año, abrí el primer blog, bajo la personalidad que percibía la Trompetista en mí: el señor chiquito.

De aquel blog sólo quedan las entradas, pero nada del diseño, incluso, cambié la dirección... sucedió en uno de esos momentos de re definición, uno de esos volantazos de la vida que se metaforizan en un loco corte de cabello, la ruptura de una relación, o un cambio de blog.


Nació entonces Daremo no uchi, la casa de nadie, que vivió poco, porque llegué a la crisis de los treinta, di otro volantazo y aquí estamos.

Pero además, también, hace ya casi siete años abrí otro blog, el de Transformers, el cual se volvió un proyecto mucho más cuidado y elaborado que mi blog personal, lo que afectó negativamente, pues en más de una ocasión olvidé completamente este espacio. De hecho durante todo el 2014 no hubo una sola entrada.


Generalmente el blog tomaba vida cada que se acercaba mi cumpleaños, pero hace unos meses (no estoy seguro de cuánto tiempo) empecé a comentar en la plataforma Disqus y conocí gente que me animó a retomar el trabajo del blog, además de que empecé a colaborar en un antrillo bloguero de baja estofa, pero buen ambiente, lo que me ha obligado a terminar mis escritos más rápido.

Además, una persona se interesó en el blog, lo que me halagó, pero también sentí un poco de curiosidad y fui a leer mis viejos post; sentí una pena terrible por todos los errores, gazapos, dedazos, faltas de concordancia... digo, no soy un master de la gramática, pero sé reconocer un error evidente. Eso también me animó a retomar el espacio, y hacerlo con más cuidado.

Muchos de los errores se deben a que escribo de noche, robándole horas al sueño... porque de día soy un oficinista promedio, eficiente, eso sí, pero de noche me convierto en este pobre monito aporreateclas, bloguero de petatiux.


Yo que al principio no tomé en serio la plataforma, hoy estoy aquí, escribiendo esto a la una de la mañana. Después de diez años, Blogger se volvió la única plataforma para mostrar mis letras. No me considero ya un escritor, no creo que vaya a serlo, pero aquí estamos.

Últimamente me he preguntado que pasará con este lugar en el futuro, imagino a mis hijos (si es que tengo), o a mis sobrinas, leyendo estas letras, cuando ya sean grandes, quizá buscando entender algo.

Me gusta escribir, no sé para qué, no sé para quién. Al menos dota de sentido a mis noches, me separa un poco de la irrealidad de la existencia, que a veces me agobia. Gracias Blogger.


lunes, 22 de agosto de 2016

Soundtrack de mi vida V.II. Año 1, 1980

Hace seis años realicé el proyecto 'Soundtrack de mi vida'. Creo que no es necesario explicar mucho de que iba: una canción por cada año de mi vida, que en ese momento haya sido significativa.


Pero, el verdadero proyecto fue reconstruir mi vida, para lo cual hice una matriz, en la que alimenté en orden cronológico aspectos claves, estructurados en los siguientes ejes.
  • Casa.- Lugares que habité.
  • Academia.- Escuelas y grados cursados.
  • Curriculum.- Trabajos asalariados.
  • Curriculum 2.- Gustos, aficiones e intereses ejercidos.
  • Girls.- Los amores.
  • Amigos.- Los amigos que más frecuenté.
  • Canción.- La canción correspondiente al año.

Lo más importante que descubrí es que no tenía claro mi pasado; al ordenarlo revelé que ciertos episodios habían cambiado de orden en mi memoria, y la duración de estos difería de mi recuerdo, extensas sagas en realidad duraron meses, otros, almacenados casi como fugaces, duraron años.

Perdoné algunas cosas, estimé mejor otras, en suma, hallé algo de paz.

Aunque la intención fue mantener actualizada la matriz, la cercanía de las cosas impide valorizar adecuadamente, pero ya han pasado seis años, creo que es posible hacerlo, además, agregaré otros temas, que ya serán revelados en su momento.




Año 1, 1980. Muy despacito - Pedro Infante


Nunca se me ocurrió preguntarle a mi madre qué canción recordaba más del año en que me estaba gestando. Hace rato tomé el teléfono y le pregunté, sin mucha esperanza, porque creí que era altamente probable que no recordara nada en particular.

Me respondió sin dudar, aunque su explicación no entrañaba ningún misterio, sólo me dijo: -no sé, la tenía muy presente, la cantaba mucho.

A ella siempre le ha gustado cantar, especialmente boleros y algunos boleros rancheros. La imaginé perfectamente escuchando esta canción, tocada en la consola que teníamos en la casa, incluso mi mente trajo a mí una caja de discos de Pedro Infante que le regaló mi padre, cuando mi hermana nació.



Con esta canción comienzo las publicaciones rumbo a mi cumpleaños, ya que justo hoy faltan treinta y seis días para cumplir treinta y seis años.

viernes, 19 de agosto de 2016

Me gusta caminar

Me gusta caminar, me gusta mucho caminar mucho. Creo que tiene que ver con las visitas al pueblo de mi abuela materna, en Amanalco de Becerra, en el estado de México. Para llegar hasta su casa la única forma era caminar desde la terminal de autobuses. Y no en línea recta, ni pavimento, sino subiendo un cerro a través de un camino que cambiaba cada tanto. De niños, mi hermana y yo odiábamos ese camino, era un martirio, sobre todo en verano, con la lluvia se volvía un sendero resbaloso y las caídas eran constantes.


Al paso de los años, nos fuimos acostumbrando, y finalmente, logramos conectar con ese modo de andar; un día, ya adolescentes, nos dimos cuenta que nos gustaba andar rápido, recio, como decía mi abuela; y entonces empezamos a quejarnos que amigos o compañeros de banqueta, parecían caminar en cámara lenta.

Nunca he tenido la intención de comprar un auto para moverme en la ciudad, estoy convencido que el mejor medio es el transporte público (a pesar de sus deficiencias), además de caminar. Camino cada que puedo, si la distancia es corta, digamos dos estaciones de metro estándar, y tengo el tiempo disponible, camino.

Pero he hecho algunas caminatas notables, por dos razones, su extensión, o las circunstancias bajo las que las hice. He aquí, la historia de alguna de ellas.




Tlalcoligia - Caseta Tlalpan


6 km, tiempo indefinido. Agosto de 1998. A menos de un mes de cumplir los dieciocho años tuve mi primer borrachera, además de que esa fue la segunda vez que tomé alcohol. La fiesta fue en la casa de un maestro de un taller de creación literaria, creí que nos daría asilo, pero a eso de las nueve de las noche nos sacó. Éramos un grupo de no más de cinco jóvenes escritores, todavía muy mareados nos dirigimos a una panadería, y con el poco dinero que teníamos compramos un pan, para tratar de aminorar la borrachera.

No funcionó, y con la euforia del alcohol comenzamos a caminar. No recuerdo cómo o porqué, sólo sé que un compañero y yo decidimos irnos caminando a Acapulco... en mi delirio alcohólico calculé que llegaríamos al amanecer. Google Maps no me permite calcular el viaje caminando, supongo porque es una autopista; yo no recuerdo cuándo tiempo hicimos, sólo sé que al llegar a la caseta estábamos muy cansados. También recuerdo que el amigo con el que fui llevaba una pequeña gallina de plástico, un juguete de los huevos kinder, y en algún momento la tiramos y estuvimos un buen rato buscandola. No la encontramos.

Pasamos la noche a un lado de los baños de la caseta; hacía un frío tremendo y casi caímos en hipotermia, nos vimos en el espejo del baño y estábamos más que pálidos, blancos; ambos somos muy morenos. Buscamos monedas en la mochila y pudimos comprar una sopa maruchan. A las cinco de la mañana empezaron a pasar los primeros microbuses, nos colamos en uno y viajamos de mosca hasta el metro Taxqueña.




Ciudad Universitaria - Tlatelolco


17.8 km, tres horas. 2 de octubre de 1999. Durante la huelga de la UNAM se realizaban maratónicas asambleas generales, en ellas, se votaban los acuerdos, para votar, la escuela sede hacía los votos, casi siempre de cartón; para la asamble previa al dos de octubre, la escuela sede fue Filosofía y Letras (tenía uno de los auditorios más grandes), e hicieron unos votos circulares, con platos... a la hora de la votación sobre el origen de la marcha del 2 de octubre, hubo muchos votos falsos. ja!

Previo a la marcha me había ausentado del movimiento por enfermedad y en la mañana del dos de octubre, enfrente de la rectoría de Ciudad Universitaria, varios amigos me vieron con sorpresa: había empezado a usar lentes.

Caminamos bastante rápido, creo que ir en grupo nos animó y evitó que nos rindiéramos al cansancio, Google dice que la distancia se recorre en tres horas y cuarenta y cinco minutos, nosotros hicimos tres. Fue una de las marchas con más asistencia, y al paso sumábamos contingentes y mucho apoyo. Ese día se vendieron las dos toneladas de cebolla que le habían regalado al movimiento en la central de abastos como apoyo. También leí algo que escribí en el templete de la manifestación, casi al final, cuando ya no quedaban más que los viejos vecinos y sobrevivientes, que cada año asisten.




Mixcoac - Polanco


10 km, dos horas. Septiembre de 2009. Luego de haber estado más de medio año sin trabajo, y otro medio año en un lugar con pésimas condiciones laborales, conseguí un trabajo excelente, no sólo por el sueldo, sino por el horario, ya que la salida es antes de las cinco de la tarde. Uno de esos días había quedado de ir por mi novia a su trabajo, pero ella salía mucho más tarde, hasta las seis. Yo no tenía idea de que hacer para esperarla todo ese tiempo. No se me antojaba nada, no quería ir por un café, no tenía hambre, y tampoco era el tiempo suficiente como para ir al cine o algo similar.

Salí del trabajo, el clima estaba bastante amable y simplemente empecé a caminar. Algunas cuadras más adelante me detuve a comer unos tacos de guisado en un puesto de la calle, luego retomé mi camino y pensé que en el momento que me cansara, o viera que faltaba poco para las seis, podía tomar un transporte que me llevara a cualquier línea del metro y llegar a tiempo a Polanco.

En poco tiempo llegué a Tacubaya, seguí hacia Chapultepec, pero antes conocí el paseo de los compositores, a la altura de Juanacatlán, totalmente abandonado; ahora ya está dentro de Chapultepec. Seguí hasta llegar al metro Sevilla y creí que ahí sería buen momento para entrar o tomar una microbús que llega directamente hasta mi Plaza Antara, en Polanco, pero no, seguí caminando. Conocí un local de modelismo, y hasta me quedé un rato mirando la enorme maqueta de un tren que tenían. Llegué puntual a las seis de la tarde, mi novia bajó a los pocos minutos y nos regresamos en metro a nuestras casas.




Coyoacán - Centro Médico


7.3 km, tiempo indefinido. Diciembre de 2009. Salí con los compañero de mi nuevo trabajo a beber, teníamos pocos meses de habernos conocido, pero eramos un grupo muy unido. Ya entrada la noche un amigo me habló y lo invité a la reunión. Poco a poco se fueron yendo algunos amigos, hasta quedar sólo tres: Mar, Luis y yo. Seguimos platicando y bebiendo hasta que en algún momento nos llevaron la cuenta porque el lugar estaba por cerrar.

No tenía idea de la hora, al revisar, supimos que eran las tres de la mañana; quizás si no nos hubieran dicho nada habríamos seguido hasta el amanecer. El frío de la noche nos animó a comer algo, caminamos hasta Churubusco, dónde están los famoso tacos Chupacabras; luego de cenar, Mar tomó un taxi, Luis y yo preferimos caminar un poco, inevitablemente me acordé de la otra caminata que hice borracho hacia Acapulco.

Luis y yo tenemos el mismo amor por los libros, por la literatura y por la escritura. Así que al calor del alcohol, y a través del frío de la noche, pergeñamos una historia, un cuento fantástico, lleno de giros, de misterios, de guiños y referencias. No sé cuánto haya durado eso, según Google, fue hora y media. Llegamos a su casa rendidos, creo que a eso de las seis de la mañana, yo me acosté en cualquier sillón y ahí me quedé hasta las nueve de la mañana, nos levantaron para invitarnos a desayunar barbacoa en el tianguis.




Tacubaya - Copilco


11 km, tres horas. Julio de 2016. Esta fue la caminata que me animó a hacer este post. Fui al metro Tacubaya a dejar unas cosas a un amigo, pero quedé atrapado en la hora pico, además, fueron días de tormenta... cuando quise tomar el metro el servicio prácticamente estaba parado y el andén estaba llegando peligrosamente al máximo de su capacidad, así que me salí y caminé hacía la avenida Revolución para tomar un camión, pero también había mucha gente, pensé en quedarme a comer en los restaurantes chinos de la zona, pero empecé a caminar. Ya sabía lo que pasaría.

Verán ustedes que la ruta que tomé fue innecesariamente larga, lo que sucedió es que pensé, como en otras caminatas, que si en algún momento me cansaba podía simplemente entrar al metro... y sí me cansé, por ahí de Mixcoac pensé en entrar al metro, para ese momento ya no había ningún rastro de lluvia, eran como las siete de la tarde y ya no tenía que hacer más que un transbordo... pero no, me dije: -un poco más, hasta Zapata...

En Zapata pensé: - otro poco más; en Coyoacán pensé: -ya no puedo más, pero ya casi estoy cerca. En algún momento me detuve a comer algo, ya saben, tacos, y luego seguí caminando, hasta llegar a casa, totalmente molido. Aquí me di cuenta que las largas caminatas no son tan fáciles como hace diez años.





¿Qué otras caminatas haré en mi vida?, ¿Qué caminatas me gustaría hacer? Espero poder aguantar todavía hacer largas caminatas... me gustaría recorrer alguna ruta histórica, no sé, como la calzada prehispánica de Iztapalapa, o quizás todo el borde de la antigua Tenochtitlán, eso sí, espero no volver a  hacer otra caminata borracho.

Uno de mis grandes miedos es perder las piernas. uno de mis peores pesadillas recurrentes es salir a la calle, sin darme cuenta, descalzo. Hablando de eso, ¿sabía que una vez caminé descalzo en el zócalo, disfrazado de Mictlantecuhtli?


martes, 16 de agosto de 2016

Concurso para nombre del blog a 36 años.

Cómo dije en el post anterior, estoy buscando un nombre para el blog, ahora que voy a cumplir treinta y seis años. Hasta el momento, tengo siete propuestas, seis serias. Veamos:

1. Jazzy: "Route 36, US"

2. Belinda: "Cristo+3" y "Dobles18"
3. Mareado de Belinda: "Treintaysixpack"
4. Rolando: "A 5 años de salir del clóset" y la siguiente imagen:


5. Terminator: "Tzadik, los 36 justos" y "a mitad de camino", haciendo referencia a que el promedio de vida en Oaxaca es de 72 añejos, y acompañado de esta imagen:

6. Brion: "9, suma de 3+6, el numero perfecto", dado que la suma de cualquier digito multuplicado por 9, nos da ....9, ej. 8x9=72, 7+2=9
7. Xime: "La sección 36 del SNTE" ¬¬
8. Sabs, también propuso: Tzadik, los 36 justos"
9. Mark en 4: "ya mero dejo de jugar con monitos" y "Los 36 son los nuevos 26

Anímese, recibiré propuestas todo este fin de semana, llame ya, nuestras líneas están abiertas, queremos oír su opinión. Recuerden que el ganador se lleva dos cervezas Lágrimas Negras, cerveza artesanal, oscura, chocolatosa, maltosa.



jueves, 4 de agosto de 2016

36 y cerveza gratis

Por razones que ahora no contaré, empecé este blog hace ya casi diez años. Como muchos blogs, surgió sin saber a dónde iba, ni cual sería su propósito, más allá de ser una bitácora, un diario, aunque no quise llenarlo de largos y aburridos textos sobre mi más puntual devenir personal, sería algo sencillo y divertido, sin pretensiones.

Aunque hace diez años el blog tenía otro nombre y básicamente no había ningún proyecto, ninguna línea. En esos primeros años fui parte de un pequeño círculo de blogueros. Entre nosotros nos leíamos y comentábamos, eso le daba cierta vida a este lugar, aunque sólo acumulaba una decena de visitas al mes.


Sucedió que abandoné el blog; y es que, a veces, pasaban meses sin publicar nada, porque en ese entonces era muy celoso de mis letras, creía que debía reservarlas para un bien mayor, para una publicación importante, al menos en alguna revista universitaria. Además, me harté del primer nombre y concepto, y lo cambié por uno más afín a mi temperamento de entonces, así nació Daremo no uchicasa de nadie, traducido del japonés.


Cuando iba a cumplir treinta años empecé la serie 'A mis años', los textos correspondían a escritos que hice en su momento, rescatados de viejos archivos que logré salvar de una vieja Pentimu III, la primer computadora que tuvimos en la familia, armada en la naciente plaza de la computación en el centro, del todavía entonces, DF.


Honestamente no lo tengo muy claro, no recuerdo en que momento cambié otra vez el nombre y tema del blog, pero sí sé que definí muy bien la línea editorial: sería el blog de un treintañero, con todo lo que eso implica. Básicamente sería nostalgia pura Además, decidí que con cada año habría un cambio de diseño, ligado al año cumplido, aunque para los 31 se me ocurrió algo como 'versión 3.1', como un software, pero nunca lo llevé a cabo, la imagen que se ve arriba es una reproducción expresa para este post.

Fue hasta los 32 que empecé el cambio, la idea fue hacerlo como las 'revoluciones por minuto' de los antiguos acetatos, sí, aunque en realidad estos discos se reproducen en 78, 45, 33 1/3 y 16 rpm, pero no me quise esperar hasta el otro año y usé el concepto.

Para los 33 usé el doble tres, y evité toda referencia a la onda de la edad de cristo, en su lugar opté por representarlo con la vieja, pero nunca olvidada, heladería Danesa 33.

Para los 34 no me interesé mucho en buscar un tema, sólo usé la progresión de los números naturales, después del 3, viene el 4 y ya, de hecho, no diseñé ningún header para el blog, sólo usé texto. Igualmente, la imagen de arriba corresponde a una reproducción realizada para este post.

Para los 35 recobré fuertemente el interés en el blog, empecé a escribir mucho más, además de revisar las viejas entradas y corregir algunos errores evidentes. El concepto fue sencillo, pero no lo descubrí yo, sino que fue sugerido de manera muy natural, cuando pregunté opciones.


Finalmente, llegamos a la parte de la cerveza gratis. La cerveza Lágrimas Negras es elaborada en Tijuana, Baja California, es una cerveza artesanal, su sabor es profundo, poco amarga, muy densa, con una gran presencia de cacao, más que de chocolate. Una sólo botella de 355 ml es suficiente para ponerse buena onda.

Ganará un par de botellas aquel que me dé un concepto adecuado para el blog ahora que cumpliré 36 años. Como han visto, la onda es retro.

No, no estoy tratando de conseguir un diseñador gráfico, ni una campaña de marketing gratis, sólo denme una buena idea que ligue el número treinta y seis y se pueda poner en el header del blog.

Dejen su propuesta en los comentario, o en la fanpage del blog, o mi muro de Facebook personal. Tienen hasta el 20 de agosto de este año, no habrá jurado, ni votaciones ni nada, elijo yo y punto, cada persona tiene derecho a presentar hasta dos ideas.

Si el ganador está en el DF gana las botellas y unas alitas, además de mi compañía (iuuuu), si están en otro estado, pues se van por paquetería... si están en otro país, híjole, no sé si puede enviar alcohol así como así.

Desde ya, gracias a los que participen.


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