miércoles, 25 de mayo de 2016

Enterrado vivo

Una tarde desocupada en el trabajo descubrí la trágica historia de Omayra Sánchez, además de la impactante foto, leer los detalles de su lenta muerte me dejaron aturdido, hay como una suspensión del tiempo después de conocer la historia. Es imposible siquiera no humedecer un poco la mirada; esto que encontré en otro día desocupado, me es igual, o acaso más terrible.

Omayra Sánchez

El pasado 16 de abril un terremoto en escala de 7.8 afectó la costa de Ecuador. Según leí en distintos medios, gracias a que no tenían desarrollada la Protección Civil, más laxas normas en la construcción, y la ausencia de grandes sismos en el pasado sumaron para crear una horrible tragedia.

The last embrace, Bangladesh

Días después encontré una nota en La Jornada que en el título hablaba sobre el rescate de tres personas, y entré a leerla, con la idea de encontrar algo esperanzador; en cambio, me topé con un horror. No pude dejar de leer, quedé absorto y sólo al final de las descripciones pude detenerme, cerré los ojos un momento, me levanté de mi lugar y salí a dar una vuelta buscando algo de aire. Aquí está el fragmento.
Una de las personas que fueron extraídas debajo de toneladas de escombros el martes, únicamente identificada como Yadira, dijo desde una camilla del hospital de Manta que "era una cosa tan difícil... los días se hicieron una eternidad, pensé que por lo menos había pasado enterrada un mes".
Añadió que cerca de donde estaba había al menos 20 personas y tenían "desesperación porque todo el mundo nos estábamos quedando sin oxígeno; (por desesperación) un hombre abrió un esmalte para que nos muriéramos asfixiados".
Otra de las sobrevivientes, Kathy, recordó en el mismo hospital que se daba ánimo cantando alabanzas a Dios "pero ellos me pedían ayuda, niños me pedían ayuda, pero no podía hacer nada. Junto a mí a había dos, pero ya no aguantaban más".
"Los niños se volvían como locos, me mordían, un niño me metía las uñas y un señor mató a la mujer de la desesperación", añadió con la voz entrecortada.
Otro de los rescatados, identificado como Líber, aseveró que vio morir a su esposa. "Ella estaba (con vida) hasta cuando empezó el segundo temblor, estaba feliz porque escuchó a los rescatistas, me dijo que yo me salvara para que cuide a mi hijo, ella me dijo que me virara, me abrazó, me besó y ahí murió. Antes de morir, me dijo que siempre me amó".
Sí, ya sé que habrá quién diga 'pftt, ¿nomás por eso te pasmas?, ni aguantas nada!', será que visualicé con nitidez el horror, será que al leer imaginé los dientes de los niños que conozco, que son mi familia, mordiéndome, desesperados de no poder salir, de no poder morir...

Sismo de Ecuador 2016

Desde el 85 en el DeFe ha crecido la cultura de la Protección Civil, aunque hay mucha gente que se lo toma a chacota y, a pesar de los múltiples simulacros, todavía no entiende el punto. En el edificio donde vivo, apenas suena la alarma, mucha gente sale corriendo, aún calzando chanclas. No lo hagan, por favor, no sólo se ponen en riesgo a ustedes, sino a todo el edificio.

Para terminar el post, les dejo el adelanto de la película 7:19, protagonizada por Demián Bichir. Yo no sé si me atreva a verla.




martes, 24 de mayo de 2016

Canciones políticamente incorrectas

El tema está que arde, y no es para menos, es que oiga usted, la verdad, ya son mucho años de este desgarriate, y pues la reinitas ya se cansaron; y es que la verdad nosotros nos hemos pasado, ¿para qué nos hacemos? Miré usted, una cosa es una miradita coquetona, de galán, de yo sí le ando poniendo casa, y la otra es la mirada lujuriosa mal plan, morbosota, así de yo si te ando resumiendo la... bueno, ya saben, ¿para que me pongo explicito?

El caso es que necesitamos de un reingeniería social, una reeducación, así que por eso hoy les traigo estas rolitas, que, aunque divertidas, encierran el gran mal de ser mensajes que fomentan el heteropatriarcado. Veamos una por una.



Adiós Trinidad - Chava Flores

Esta canción narra la historia de un desengañado pretendiente, quién en este caso juega el papel de novia de pueblo, y como quedóse vestido y alborotado, luego entonces se desquitóse a la mala. La interpretación del vídeo es de Ruben Schwartzman, pero en la liga de Spotify está en voz del autor, Chavita Flores.
¡Qué poca mamá!, agarré la bicicleta
y le di con la cubeta sin parar.
Llegó el velador; yo ya estaba arrepentido
de llegar en bicicleta y no en tractor.
Al bote fui a dar, ahí le di lana a los jueces
y salí a los cuatro meses, ella aún en el hospital.

Letra completa.
Vídeo YouTube.
Canción Spotify.




Hay que pegarle a la mujer - La Lupita

Esta canción es terrible, ya desde el título promueve la violencia, por favor, ¡que alguien haga algo!, ¿dónde está la CNDH cuándo se le necesita? Además, la canción da a entender que la mujer necesita cierta fuerza para ser feliz, enuncia que es labor del hombre mantener domadas a las potrancas.
De vez en diario hay que pegarle a la mujer,
para que sepa quien es el hombre
Las hembras tienden a adueñarse del poder
y que nos manden no tiene nombre
La hembra canta muy pegado el pantalón
y al maridito lo trae bien frito
Por eso a diario hay que pegarle un descontón
hasta que diga: ¡ya papasito!


Letra completa.
Vídeo YouTube.
Canción Spotify.




Morenaza - Maldita Vecindad

Finalmente, en esta rola se le pide a la mujer que no sólo consienta el acoso, sino que además, al enojarse la hace más apetecible a los ojos de los machos heteropatriarcales y heteronormados.
Morenaza de mi alma por qué tan sola vas,
con este pelonsito te puedes consolar.
Chaparrita preciosa dime qué te hizo Dios,
cuando en vez de naranjas dos melones te dio.
En las calles de la ciudad siempre tienes que aguantar,
en el barrio o en el camión,
siempre tienes que oír la voz, escucha.
Como dos gelatinas las meneas al andar,
como dos cebollitas están para llorar.
No te enojes mi prieta de lo que oyes hablar,
enojona y coqueta, ¡te queremos aún más¡


Letra completa.
Vídeo YouTube.
Canción Spotify.





Bien amiguitos, el día de hoy nos hemos reído un poco del tema, pero la verdad es que no está para bromas. El asunto está escalando hacia la violencia; por un lado, muchos hombres se soltaron a ladrar en las redes sociales, haciendo evidente su horrible machismo, dejando en claro que ellos realmente piensan que las mujeres son para usar y subyugar; por otro lado, las mujeres más radicales también han dado pie a la violencia, últimamente hay varios casos de hombres golpeados, dentro del transporte público del DeFe, sin mayores pruebas que el señalamiento de una fémina.

Para mí, el tema de terminar la violencia hacia las mujeres es tan preocupante como la incapacidad que estamos demostrando para tratar de entender al otro, parece que hemos renunciado a escuchar que pasa del otro lado, ¿sabe?, yo estaba muy interesado en hablar del tema, hasta que leí la opinión de una feminista a ultranza: se quejaba que muchos hombres estuvieran escribiendo del asunto porque eso era un intento más de parte del heteropatriarcado de normar el tema y la agenda feminista...


jueves, 19 de mayo de 2016

Alrededor de nosotros danza la muerte

El jueves pasado llegaron manifestantes al conjunto de edificios en donde trabajo, ya que en un ocasión anterior otros manifestantes tomaron las instalaciones, iniciaron la evacuación del personal y salimos temprano. Horas después busqué información en twitter para darme una idea si al otro día iría a trabajar, o tendría puente. No encontré nada que me fuera útil, pero bajando en el time line hallé el siguiente twitt, en donde reconocí al señor que sale en la foto, y es que después de tantos años en un trabajo, terminas ubicando a la mayoría de tus compañeros, aunque no sepas su nombre o ni siquiera los saludes.

Al otro día, desde la salida del metro, me di cuenta que nada había pasado, sino, me hubiera encontrado a muchos compañeros de vuelta, y al llegar al conjunto comprobé que las instalaciones no habían sido tomadas; pasadas las nueve de la mañana tomé mi café, la vida seguía, como siempre. Más tarde, pasada la hora del almuerzo, una amiga me preguntó sobre algo que pasó en la mañana en el metro Mixcoac, pero yo no sabía del asunto.

Una hora más tarde, otro compañero me comentó sobre lo mismo, y al describir el asunto, me di cuenta que el protagonista era el señor que un día antes había visto en la foto del twitt e inmediatamente lo busqué de nuevo, cuando la hallé no pude evitar notar la fecha.

Sin caer en numerología barata o de aficionado, me di cuenta que la foto había sido tomada una semana antes, incluso casi a la misma hora, apenas con unos minutos de diferencia.

¿Que fué lo que sucedió? Poco antes de las diez de la mañana del viernes pasado, apenas saliendo del metro Mixcoac, falleció, de un paro cardíaco, el señor que ven en la foto.

En el libro Los Premios, de Julio Cortázar, Persio, el mago, habla de unas líneas invisibles, de unos dibujos que se van formando con la interacción de personas, de cosas, de conjuntos; si estas líneas se pudieran observar desde el cielo quizá terminarían por formar una pintura.

Pensé en los amantes, que cuando se cuentan su vida antes de ellos, descubren puntos de coincidencia; yo mismo, con mi mujer, descubrí que estuvimos en el mismo concierto, a pocos metros; descubrí que más de una vez ella pasó por dónde yo estuve, o por dónde yo estaría días después; descubrí que estuvimos danzando, casi rozándonos con las puntas de los dedos, pero tendrían que pasar años para finalmente coincidir.

Pensé en la familia del compañero de trabajo que falleció el viernes pasado, pensé en que no sabían que alguien, sin quererlo, lo había fotografiado casi exactamente una semana antes de que falleciera.

Pensé que cuando le tomaron la foto, sin querer, estaban marcando un ciclo, un ritmo, una maldición, un número absurdo; una semana después, más unos pocos minutos, ya no estaría vivo, ya no alcanzaría a caminar en el lugar en que fue fotografiado.

Vamos en la calle, algo nos provoca una queja, una sorpresa, y levantamos el celular, tomamos una foto, y sin saberlo, iniciamos un signo; tomamos una foto, sin saber que número, que ciclo perverso estaremos echando a andar.


Quien sabe que dibujo estaremos formando con nuestra vida, quién sabe que danza estaremos bailando con alguien que todavía no conocemos, quién sabe cuando nos habrán de tomar la última foto de nuestra vida.


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lunes, 16 de mayo de 2016

La comida más rica que he comido

¿Quién no ha probado chisporroteantes cortes de carne, suculentos de grasa y sangre?, o platones repletos de frutos del mar formando un fresco ceviche, donde el salado ponto hace juego con el fresco picante del chile habanero, ¿qué tal las exuberantes cazuelas en las comidas familiares?, dependiendo de la ocasión o temporada, tendremos romeritos con dulce mole que contrasta en las tortitas de camarón, o la cochinita pibil casera, macerada de verdad y fragante de ácida naranja, ¿o un pavo, una pierna, cocidos en horno de estufa durante horas? ¿Qué tal la comida internacional?, una agridulce carne de puerco al estilo chino, o el sutil sabor del sushi bien preparado, o quizás el fuerte sabor de carne y leguminosas de la comida árabe, acompañada de un fresco y  agrio jocoque. Sí, todos hemos comido grandes y opulentos platos, ya sea estando de vacaciones, en comidas empresariales o familiares, cenas conmemorativas en caros restaurantes y situaciones al uso.


En el invierno del 97 conocí el mar en Acapulco, viajamos en auto particular y nos quedamos en la casa de un amigo que tenía familia en el puerto. En el viaje de regreso aprovechamos para conocer el estado de Guerrero y recorrimos buena cantidad de pueblos que estaban regados por toda la sierra, desde la carretera se podían ver las comunidades, a un lado de una curva, en lo alto de un cerro, o en la hondonada entre dos cumbres; casas pintadas de blanco, coronadas de tejas de barro, azoteas erizadas de varillas; gente y perros durmiendo tranquilamente, junto a la puerta de sus casas. Conocí muchos lugares, pero recuerdo en particular Chilpancingo y una localidad llamada Tepoztlan (o Tepozotlan, como el popular lugar al norte del DF) que se especializaba en hornear pan. En todas las calles del pueblo se respiraba un aire tibio con olor a pan recién horneado.

Dibujo propio realizado para conmemorar el viaje
a Acapulco de 1998

Continuando el viaje, el amigo que tenía familia en Acapulco se acordó de un amigo suyo que vivía en una comunidad cercana; nos dirigimos hacia allá y tanteando de calle en calle, preguntando a gente del pueblo llegamos a una casa, y aunque todavía se acercó dudando ahí estaba su viejo amigo. La historia de este hombre es fascinante, trabajó durante años cantando, acompañado de su guitarra, en los camiones de turistas en Tijuana y le tocó estar el día del asesinato de Colosio, incluso tenía una historia sobre el tema, ya saben, la verdadera historia.

La verdadera historia...

El caso es que llegó la hora de la comida, y el amigo, obviamente sin saber que iríamos, nos ofreció lo que tenía a la mano: frijoles refritos, huevos revueltos, salsa, roja, tortillas de maíz hechas a mano y refresco. Los huevos eran tiernitos, pero bien cocidos, con el suficiente aceite; los frijolitos bayos, en su punto medio, sin estar muy aguados o secos; las tortillas, aunque recalentadas, estaban suaves y gorditas; la salsa roja, martajada, picosa sin ser sofocante; el refresco muy frío y burbujeante. No sé porque, tampoco es que fuera una comida especialmente preparada o sofisticada, ni tampoco el lugar era excepcional; sólo sé que esa es una de las mejores comidas que he tenido en mi vida, la recuerdo particularmente maravillosa.

O como el día que se juntó la comida favorita del pueblo de mis padres
(foto propia)

¿Cuál es la comida más rica que has comido? Seguramente también tendrás una anécdota como yo, pero quizás la comida más rica que hayas comido es la que estás por comer en un rato más. ¿Alguna vez han tenido la garganta tan inflamada que era necesario una pequeña pausa para tan sólo tragar saliva?, ¿o han tenido un absceso bucal tan enllagado que es un tormento abrir la boca aunque sea para tomar agua, y hasta se cierran ligeramente los ojos para hacerlo? Todos hemos pasado por algo similar, y cuando ya no tenemos malestar alguno se nos olvida que hacer algo tan sencillo como masticar puede ser muy complicado.


Aunque "la comida más rica que he comido" es un recuerdo maravilloso, tampoco me he aferrado a él, no comparo vanamente, no digo 'ninguna comida ha sido como esa', no porque esos huevitos con frijoles hayan sido especiales considero que todos los demás huevos con frijoles son malos. A veces vamos por la vida etiquetando todo, encerrando los recuerdos en finas e indestructibles jaulas de palabras, y perdemos la oportunidad de ser conscientes de las nuevas cosas que nos trae la existencia.


En unas horas o minutos tendrás la oportunidad de alimentarte, disfrútalo, sé consciente en cada bocado de todo lo que tuvo que suceder para que tuvieras ese mordisco en la boca; sé consciente de toda la gente que trabajó para hacer crecer esas plantas o animales, toda el agua que los alimentó, todo el sol que los bañó. Sé consciente de los sabores, de las texturas, de la energía que te brindará. Agradece, a quién quieras, pero agradece y sorpréndete. Esa será la comida más rica que hayas comido.


martes, 10 de mayo de 2016

LP de la película Calacán de 1986

Uno de los mejores legados que me dejaron mis abuelos maternos fue la celebración del Día de Muertos; desde muy niño asistí a la preparación de la ofrenda, de los rezos y el protocolo del altar, por eso, desde el 2003 empecé a desarrollar un trabajo en defensa de esa tradición, que desembocó en el Proyecto Cultural Mictiuh, que vivió durante cinco años. Aunque no he podido hacerlo durante los últimos años no he perdido interés en el Día de Muertos, por eso, a finales del año pasado tomé el curso sabatino Las ideas del Día de Muertos entre los mexicanos a través del tiempo, impartido en el Museo Nacional de Antropología. La dinámica del curso fue presentar cuatro películas relativas al Día de Muertos y explicar la idea que había detrás de ellas, en la tercera sesión conocí la cinta Calacán, de 1986, dirigida por Luis Kelly.

 

Hace treinta años mis padres acostumbraban llevarnos mucho al teatro, en aquel entonces la oferta era inmensa, la cartelera se imprimía en varias planas completas de El Universal, pero también nos llevaban muchísimo al cine, sobre todo al Palacio Chino, que en aquel entonces era una de las principales opciones en la capital; ahí vi un montón de matinés en permanencia voluntaria, pero la memoria no me ayuda mucho, sólo recuerdo la decoración del cine, las pequeñas bolsas de palomitas y la luminosa pantalla; honestamente no recuerdo haber visto Calacán en su momento, pero sí me es muy conocido el trabajo de La Troupe.

Calacán es una película infantil para el Día de Muertos, la trama es sencilla, pero eficaz, y no por ella está exenta del manejo de mensajes en varios niveles. La idea es básica: hay que salvar al Día de Muertos de la llegada del Halloween, la actuación es con actores reales y títeres, muchos títeres, manejados y diseñados por La Troupe.


La Troupe es una compañía teatral, especializada en títeres y payasos (mucho antes que emergiera el término clown para este teatro), yo los conocí desde muy niño, gracias a amigos de la familia que nos invitaban a sus presentaciones en el Palacio de Bellas Artes. Recuerdo sobre todo un gran perfomance que me resultó muy, muy raro, pero me enseñó una interpretación más allá de lo probable, una interpretación más allá de las palabras, casi como un momento zen: sólo era un payaso que cada tanto decía al micrófono 'guayaba'.

 

Dicen que al director Luis Kelly no le gustó el resultado final de Calacán y quemó todas las copias de su película, por eso ahora es imposible conseguirla, aunque en youtube se puede ver la película completa, sacada de quién sabe dónde pero algo borrosa. Con todo se puede apreciar muy bien y disfrutar bastante el trabajo de las marionetas, destacando todas ellas, ya sea algunas por su tamaño (como el del esqueleto de una vaca a tamaño natural), o por su expresividad (como el perrito), sin demeritar nunca el trabajo de los actores de carne y hueso.

 

La película Calacán, aunque tiene una trama sencilla, creo que funciona muy bien para los niños, incluso para los de ahora, ojalá alguien pudiera rescatarla como es debido y reintegrarla al círculo comercial. La música es muy importante en ella, sin llegar a caer en musical infantil buena parte de ella se integra a la trama.


Escuché el disco por primera vez la semana pasada y tuve que ir a casa de mis padres, pues yo no cuento con un aparato reproductor de LP, o discos de acetato. Ahí en el vídeo están las primeras impresiones que tuve, aunque algo que no dije en su momento, porque no estaba seguro, es que la música me recordó un disco de la Sinfónica Nacional dirigida por Luis Herrera de la Fuente, con las piezas de Sones de Mariachi, Huapango de Moncayo, Homenaje a Lorca y Tribu. A continuación cito de Wikipedia.
La música sinfónica que se escucha a lo largo del filme fue compuesta por el músico Luis Ignacio Guzmán. Trabajo por el cual recibió varias nominaciones y premios. Mientras que la dirección de la misma fue ejecutada por el Maestro Eduardo Diaz Muñoz, quien ha sido el primer compositor mexicano en recibir un Grammy Latino. Además de dos discos de oro, uno de platino y el reconocimiento como músico del año en Cambrige, Inglaterra.
Tanto la composición como la ejecución de la música sinfónica que ambienta Calacán fue en un tono mexicanista al rescate de la cultura, tradiciones y la belleza de esta música de cámara.
Luego que conocí la película Calacán en el curso del Museo Nacional de Antropología descubrí que, a pesar de los años, tenía un fan page en Facebook, y aunque no suelo darle like a todo lo que veo, se lo dí a la página, y descubrí que no la tenían abandonada, cada tanto están subiendo contenido, incluso material de la producción de la película.


El día de mi décimo aniversario con mi pareja leí la publicación de la página de Calacán en la que iban a regalar un disco si sabían una fecha clave de la película, aunque no la conocía a ciencia cierta inmediatamente imaginé cuál debía ser, investigué un poco, y sí, era lo que suponía; mandé mi respuesta y me gané el disco, luego salí de vacaciones por unos días, y la regreso, pude ir por él, allá, por rumbos de mi amada Tacubaya.

Me gustaría hablar más de la película Calacán, analizar las partes que a mi me llamaron la atención, pero eso será más adelante, como parte del trabajo de mi Proyecto Cultural para el Día de Muertos.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Algunas consideraciones sobre la carne de borrego contadas por un ganadero de Hidalgo

Hace diez años trabajé en una consultoría, realizábamos proyectos de inversión agropecuarios, principalmente en la región de la Otomí-Tepehua, en el estado de Hidalgo. Su principal actividad era la producción de café orgánico (nombre muy fashion que no refleja la verdad de la actividad), pero también intentó acercarse a otros sectores de la producción, uno de ellos fue la cría y explotación de ganado ovino.


Uno de los primeros pasos para armar el proyecto fue conocer el proceso de producción de ovinos, para lo cual contactamos a un ganadero local. Ya no recuerdo el nombre del rancho, ni su ubicación, sólo sé que estaba camino a la región Otomí-Tepehua, un poco adelante de la desviación para entrar a Pachuca, Hidalgo. El ganadero era tal como se lo imaginan: alto, fornido y bigotón; todo un rancherote.

Tomado del Cuaderno Regional y Estadístico de la Región XII Otomí-Tepehua

Nos llevó a su rancho ganadero y nos mostró las especies de borregos que manejaba. Desde niño estoy habituado al campo, mis padres siempre mantuvieron contacto con sus pueblos, sobre todo mi madre, nosotros íbamos al pueblo de mi ella varias veces al año, así que no era la primera vez que tenía un borrego enfrente, pero los borregos de este rancho eran mucho, mucho más grandes de lo que nunca había visto. Recuerdo el nombre de dos razas que vi ese día, la Dorper y la Pelibuey.


A principios de este año vi un vídeo en Facebook sobre la supuesta verdad detrás de la industria láctea y recordé todo lo que nos enseñó esa tarde el ganadero, pues lo mostrado ahí es una flagrante mentira, es decir, así no opera la industria del ganado. Los animales son caros y exigen mucho cuidado, en el momento de la realización del proyecto, hace diez años, el precio de un semental de ovino era de tres mil pesos y el de un vientre de 1,500, pero para hacer un hato con rendimientos, necesitabas al menos un semental y 20 vientres, y eso que no estamos hablando de los costos de mantenimiento y producción. Es una mentira que puedas explotar a los animales del modo que dice el vídeo, es imposible, no te darían los rendimientos esperados, aunque tuvieras mil cabezas, simplemente no funciona así.


El ganadero también nos explicó porque es prácticamente imposible que se venda carne de perro en los tacos. El proceso de engorda en los ovinos es rápido, porque en al menos nueve meses (si no me equivoco) el animal ya debe estar listo para convertirse en carne en canal; salvo los que hayan sido seleccionados para convertirse en vientres y sementales. Esto es porque si el animal envejece más tiempo su carne se hace dura, fibrosa, seca; en resumen, poco apta para consumirse. La carne de un viejo perro callejero, además de ser muy poca, resultaría inmasticable, aunque claro, siempre se le puede agregar ablandador; por eso, el ganadero nos alertó de consumir carne que ya estuviera picada, recomendó escoger los lugares donde se viera el trozo de animal, como en las barbacoas que ponen el borrego en en una vitrina y en cambio huir de, por ejemplo, los triciclos que venden tacos de carne picada finamente, siempre sospechosamente tapada con un plástico :S En todo caso, la carne de los tacos baratos es probable que venga de carne de caballo viejo...

-Oiga, que sus tacos son de perro
-No, como cree, mi jefe, aquí pura carne de caballo viejo

También nos dijo que mucha de la barbacoa que se consume en el DF proviene de Nueva Zelanda, así es, de la Tierra Media, ellos son los principales productores a nivel mundial de carne de ovino (por cierto, los excedentes de la producción están matando a la gente de la región con más obesos del mundo); la carne es exportada en paquetes, llamados paletas, y según el ganadero, la barbacoa que te comerás este domingo puede ser que tenga congelada casi dos años; ignoro si esto es posible, pero me gustaría saber la opinión de un químico en alimentos. Finalmente, el ganadero nos recomendó comer barbacoa en la región entre el DF e Hidalgo, así como ciertas zonas del estado de México. La mejor barbacoa que yo he comido está en el municipio de Amanalco de Becerra, se prepara con borregos matados un día antes, es tradición: lo sé porque alguna vez ayudé a matar un animal en una especie de rito iniciático, pero eso otra historia...


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