He cobrado la mala costumbre de revisar el Facebook apenas
me levanto de la cama y me encontré con la noticia sin haber despertado del
todo, inmediatamente vinieron a mi mente dos recuerdos.
El primero fue de la vez que lo conocí, en su casa, en su
taller, lo recuerdo bien porque fue la primera vez que estuve mucho tiempo contigo;
ese día fuimos a mi casa, y de ahí a la de él, luego al CCH Sur. Ese día empezó
la huelga de 1999 de la UNAM, los tres pasamos la noche juntos, platicando de cosas que
no recuerdo.
El segundo recuerdo fue de cuando lo encontramos en el
metro, la conversación hizo que todos nos pasáramos una estación, y no hubo apuro
alguno, sólo algunas risas y más plática.
El tiempo atroz confunde la imagen de él con la del padre de
un amigo: alto, de bigote, ojos grandes, afable, quizás hasta sonriente.
Días después, lavando los platos, recordé otra cosa, algo
que tú me contaste: él le dedicaría la canción de Y como es él, de Jose Luis
Perales al hombre que se casara contigo. Alguna vez pensé que esa canción sería
mía, no lo fue.
Un par de días antes me desperté en la madrugada,
angustiado, pensando en la muerte de mis padres, quizás por eso, cuando leí la
noticia, provocó muchas cosas en mí, quizás por eso, es que preferí escribir
esto.