miércoles, 5 de noviembre de 2025

Yo ya no juego

Hace unos días me contaron un anécdota de mi vida pasada que había olvidado por completo. Conforme avanzó la historia fueron dibujándose algunos bordes, y luego en sordina vi un grupo de sentimientos y entonces me acordé de casi todo.


Me reencontré con una callada furia o un despecho, no sé bien que nombre ponerle. Ese capítulo comenzó con la canción "sin tu latido" y aunque podrían sospechar que se trata de un pasaje romántico nada está más lejos de eso.

Escribo esto porque puse la canción y me conecté con el sentimiento de nuevo. Lo que pasó aquella vez me hizo pensar que una de mis maneras de enfrentar las cosas es renunciando a ellas, a veces prefiero evadir la confrontación para evitar quedar lastimado.

Ahora que convivo con mi descendencia estoy aprendiendo que muchas de estas maneras de posicionaros frente a las cosas que nos pasan las aprendemos en la primer infancia. ¿No es esto apabullante? Casi puedo reconocer desde donde viene esto que pasó, casi puedo ver el momento en que creció esa defensa.

"Yo ya no juego". Así se podría resumir. ¿Cuántas veces elegí no jugar, no participar por miedo al enfrentamiento? Fueron varias ocasiones, no todas malas, incluso ahora que lo pienso renegué de varios besos por esta razón.

Me veo en este momento como un pequeñito al que fueron asustando hasta que prefirió dejar de asomarse a la ventana. No para todo, claro, también han sido múltiples las ocasiones en que me enfrento deliberadamente, de frente y sin sombra alguna de miedo.

No quiero dejar la impresión incorrecta, no soy un cobarde, sólo estoy resintiendo algunas de las ocasiones en que dejé pasar un beso, una palabra o un acompañamiento. Sin embargo aún creo con plena seguridad que a veces el mejor enfrentamiento es el no-enfrentamiento.

Por supuesto la vida es, entre otras cosas, la constante búsqueda de un equilibrio, y cómo no somos videntes es imposible saber cuando es el momento correcto para pararse de frente hasta las últimas consecuencias y cuando es mejor dejar pasar, incluso sin voltear a ver.

Durante años he evitado el enfrentamiento para no quedar herido, y resultó una falacia, porque a la postre, siento el "requemor de no haber sido", y creo que sangra igualmente, quizá no a borbotones, pero igual duele a ratos.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Muchas gracias por comentar.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...