jueves, 7 de septiembre de 2006

La necesidad urgente

Finalmente ha pasado lo que temimos, nuevamente la derecha ha quedado en el poder. Durante más de medio año vivimos en medio de una guerra sucia que vino a revelar la polarización que existe en México; quizás en ningún otro medio como en Internet podemos ser testigos de las alocuciones con que son tratados los adherente a los dos contendientes principales.
El fraude electoral es absolutamente legítimo en cuanto a que preserva al Estado. Las instituciones están para ser el corpus del gobierno y vigilar, preservar y asegurar su existencia; realmente era impensable otro desenlace.
Pero esto no es un discurso a favor de López Obrador, su lucha es simplemente por poseer el poder de un Estado Burgués, un Estado que se debe al modo de producción capitalista; nadie, por la vía electoral, puede cambiar esa categoría del modo de producción. Dicho de otro modo, López Obrador no iba a transformar las relaciones sociales existentes. Sin embargo dicho modo de producción puede tomar formar aún más intolerantes, tal es el escenario con Calderón.
¿Debemos seguir la lucha por medio de las instituciones que existen para asegurar la existencia del Estado y sus representantes?
¿México está preparado para entrar a un enfrentamiento directo entre sus sectores polarizados?
¿Permanecer en la llamada “dignidad rebelde”, la “resistencia pacífica”?
No creo que ninguna de estas vías sea viable por el momento. Me parece que lo mejor es volverse críticos, hacer valer nuestra voz y nuestro pensamiento; no mediante representantes y organizadores, sino nuestra verdadera voz, es decir, pasar a formar parte de la realidad activa y no esperar a que los medios de comunicación nos la entreguen dosificada y clorada. Hoy, más que nunca, esto es una necesidad.

lunes, 4 de septiembre de 2006

De la tristeza de las cosas

Hace muchos años, cuando era solo un infante, vi una película titulada “Los reyes del volante”, en la cual aparecía Chabelo como un niño malcriado que acaba de hacer su primera comunión, lleva cargando el pastel que le regaló su padrino y toma un taxi, conducido por Capulina, para regresar a su casa, durante el viaje, el niño se torna insoportable, hasta que el conductor le pregunta por qué no va acompañado, a lo que el niño responde “-nadie me quiere ni soporta, por eso estoy solo”, y mientras mira su pastel remata “-todo lo que tengo es este pastel”, acto seguido el taxi bambolea, pasa por un túnel, y el pastel se cae, quedando irremediablemente destrozado…


No se porque, sólo tenía seis o siete años, pero yo sentí mucha tristeza, ¿cómo asuntos tan triviales pueden esconder una tragedia?


El todo por la parte: un foco recién comprado que se rompe apenas intentamos colocarlo, la chica de pueblo que compra unos zapatos perfectamente anti estéticos, pero que con cariño ha escogido porque tienen cosida una rosa de tela; los dos pesos de tortillas que compra un albañil para comer solitariamente en medio de varillas y ladrillos; el perro que mira lánguidamente la orilla de la banqueta mientras respira por última vez; la mirada esquiva de una chica que llora en un vagón del metro, etc., etc.




viernes, 1 de septiembre de 2006

Desafortunado

Pues si, esto no es fácil, hay que ser graciosos, contar algo que retenga, en fin, esto más bien parece una bitácora de blog. Sólo quejas, pero no importa, aún nadie me lee, soy desafortunado, ¿entonces para que escribir esto?, bueno para entrenarme, mero calentamiento, calistenia pura.

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