miércoles, 26 de diciembre de 2007

Dos Post Dos

He abandonado tanto este blog que ya casi ni lo reconozco…, para lavar mi culpa he aquí dos posts (aunque con este serían tres, pero es una simple nota, es de chocolate, pues), así que los dos post abajo son nuevos y fresquitos.
Señores y señoras: dejen un rato el mouse, crucen los brazos o acomódenlos como mejor les venga en gana, entréguense a un momento de sana diversión y ameno esparcimiento.
¡Pero antes permítanme felicitarlos y desearles un excelente año 2008!
(con especial antención a Bandala, Esponjita, The Phoenix, Francisco y Tomodachi)

La familia en Navidad

Pasé la navidad en casa de la familia de mi pioresnada. Miedo, angustia, pesar, terror…, exagero en realidad, pero algo hubo de ello, aunque debo confesar a que se debe mi zozobra: a la comparación. Omitamos la discusión acerca de lo odiosas que son las comparaciones y sigamos adelante. La familia de mi ex era muy especial, el aire se cargaba de mucha tensión e ineludiblemente terminaba explotando la situación, pero a la hora de la cena todo era paz y buena voluntad. Al otro día había que comenzar la limpieza general para recibir el año nuevo, y vaya que participaba, ya que era prácticamente un miembro de la familia, lo cual significaba tener derecho a los regaños y reprimendas.

Cuando todo terminó con aquella mujer también fue difícil separarme de la familia, la extrañaba mucho, sobre todo a su pequeño hermano y al guacamole que hacía su madre.

Con la familia de mi compañera actual no me he involucrado, y dios me salve si ella lee esto, pero debo confesar que en parte ha sido por miedo, y no es que tema a su familia, en realidad me parece deliciosa, encantadora y exótica.

¿Qué trato de decir? Las experiencias previas nos marcan, pero esto no es el hilo negro o el agua tibia, simplemente que hoy percibo eso en mi vida.

Hoy soy más reservado con mi nueva otra familia, pero en algunos casos soy más audaz, pero ni así bajo las defensas, siempre cabe esperar que todo se derrumbe como una montaña de azúcar demasiado alta.

Feliz navidad…

Momento presente

El sábado 22 de diciembre de 2006 se presentó en el Bulldog Café Café Tacvba (je). La espera fue larga, muy larga, ya que abrieron el lugar a las nueve de la noche pero el concierto empezó a las once y media y terminó cerca de las tres de la mañana. Enumerar o exponer mis impresiones me resulta vano, pero en cambio tengo una observación que hacer.

Como ya dije la espera fue larga, así que al aparecer el grupo en el escenario la expectación era mucha, así como la gente que llenó el lugar ya, que estábamos tan sutilmente acomodados que un vagón del metro a las seis de la tarde parecía un lujo. De pronto la multitud se ladeó, es decir, el horizonte, erizado con las cabezas de los asistentes, se inclinó un poco. ¿Qué pasaba?, algo sencillo: la gente sacaba de sus bolsillos sus celulares y cámaras digitales.



Y ahí estaban, a menos de ocho diez metros de cualquiera, tan cerca, tan nítidos, todo era tan íntimo, ¿y qué prefirió la gente? Verlos a través de sus pantallitas plásticas, pixeleados, como en un videito de youtube.

¿Pero que estoy tratando de decir? Permítanmelo ilustrar con otra anécdota. Cuando dejé de trabajar en la librería El Parnaso, después de casi tres años, decidí salir a conocer el sureste, era un viaje de iniciación, pero coincidió con la agonía de mi abuela, y aún así, o por eso mismo, decidí ir; sería un viaje para prepararme a recibir la muerte. Una de las cosas que hice fue no llevarme una cámara fotográfica, en cambio me dediqué a dibujar algunas zonas arqueológicas, algunos detalles arquitectónicos, así me alenté a estar más atento, a estar presente en cada momento de mi viaje, a no delegar la responsabilidad a un aparato.

Concluyo y redondeo: Me gusta viajar y visitar museos, ahora recuerdo la exposición de Julio Ruelas en el MUNAL, o la exposición de Persia en el Museo de Antropología; en las dos ocasiones vi a mucha gente tomando fotos maquinalmente, ponían entre la pieza o el cuadro su maquinita y clic, ya lo tenían, ya tendrían tiempo después de ver el lugar en el que habían estado presentes…

Sólo una frase: momento presente, momento maravilloso. No diré mas, eso sería sermonear inútilmente, y como ya dije por ahí: “quien entienda estas palabras que escuche, quien no las entienda que me explique”.


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