lunes, 19 de septiembre de 2011

La casa de mi abuela II. Agua y fuego

La casa de mi abuela estaba en lo alto de un cerro en la comunidad de San Miguel Tenextepec, en el Estado de México, por lo cual durante muchos años no tuvo agua corriente, hasta que metieron el agua, lo que significaba que una simple manguera de poliducto negro llegaba a lo alto del cerro, cuando esto sucedió mi abuela mandó a hacer la pileta que usted ve bajo estas líneas.


Esta pileta era de adobe con un recubrimiento interno de concreto, al lado está el rústico lavadero que sería lo mismo para lavar ropa que para los trastes. Ahí es dónde recibí el único auténtico susto y vivencia paranormal en estado consciente de mi vida, algún día hablaré de eso.


¿Qué hay que ver sobre estas líneas? Es el fogón en dónde cocinaba mi abuela, todavía años después de haber muerto aún se encontraba en ese estado. Ahí en el palo grueso que se ve en mitad superior de la fotografía mi abuelo se sentaba, ese era su lugar, y a su lado siempre había un gato, siempre, calentándose con el calor del fogón, a veces se quemaba sus pelambres por haberse quedado dormidos.


Mi abuela hacía elotes y chayotes en la ceniza del fogón, sólo había que enterrarlos y durante un día se cocinaban lentamente, ella pasaba mucho tiempo encerrada en esa cocina, hasta que sus pulmones quedaron como las vigas del techo de su casa, sí, así como usted puede verlas arriba de estas líneas. Ella murió de EPOC, una enfermedad que comúnmente le da a los fumadores (tanto pasivos como activos).

Si tu fumas probablemente así tengas los pulmones, pero bah, eso no te impresiona, es lo mismo que ves es las cajetillas de cigarro, quizás lo reconsideres cuando tengan que abrirte el cuello para que puedas comer por ahí.



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La casa de mi abuela II. Agua y fuego
La casa de mi abuela III. Abandono
La casa de mi abuela IV. Renacimiento


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