La pesadilla no termina cuando se abren los ojos, el calor no se va cuando termina el fuego, esto es de todos conocido; es de dominio público que la vida se extiende, a veces en contra de nuestra voluntad, que las cosas siguen desarrollándose aún cuando uno clame un respiro, un espacio de tiempo.
Un respiro... a veces lo valoramos en toda su extensión cuando no podemos respirar.
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