Nunca se sabe que derroteros puede tomar la evolución humana para aquellos que viven en una ciudad. Hay teorías, y acaso unos cuantos postulados, pero nada que realmente marque una tendencia clara.
Por ejemplo, nadie podría haber sospechado que en la Ciudad de México devendríamos en telépatas.
Cuando uno se traslada en el transporte público de esta ciudad es posible ver este interesante fenómeno, preste atención y no pierda detalle, a saber.
Si una persona va sentada en algún asiento que no desemboque en pasillo tendría que expresar oralmente su deseo de salir de ahí al momento de acercarse a su destino; eso sería lo normal.
En cambio, basta que la persona mentalmente exprese su deseo para que la otra persona, que va junto a él, se haga a un lado. Todo ocurre en una fracción de tiempo, casi a la misma velocidad del pensamiento.
Usted mismo puede intentar la comunicación telepática apenas viaje en el transporte público de esta amable ciudad, cuando lo aborde no es necesario que caiga en los vetustos rituales de la educación, olvídese de los con permiso, los por favor y los gracias.
Use sus poderes mentales, golpe avisa.
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