No hay que abundar ni editorializar sobre mi extraña y rara naturaleza. Así que avancemos sin más.
En algunos cumpleaños he recibido un regalo del mundo, así nomás, ese día me encuentro o recibo algo absolutamente inesperado, desde un ramo de flores perfecto e impecable tirado en el suelo, hasta un diminuto y extraño anillo.
Un cumpleaños (no recuerdo cual), bajando las escaleras del edificio en donde vivo, pude advertir, sobre el quicio de la ventana, al diminuto anillo.
Simplemente pase y lo recogí.
Acá les dejo un par de fotos:
Cuando lo encontré todavía estaba pegada la diminuta perla |
Para fines de escala. pila AA y un Micro Machine |
El anillo en sí no es una maravilla, pues una artesanía común en Santa Clara del Cobre (México, Michoacán), lo raro es haber notado al diminuto anillo junto a una ventana en un pasillo poco iluminado.
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