Mi abuela era una mujer de campo, una ranchera. Vivió desde una vida relajada hasta una miseria acuciante, tuvo muchos hijos, la mitad de ellos murieron. Yo la quise mucho, mucho.
Ya grande vino a vivir a la ciudad con varias de sus hijas, el lento peregrinar de casa en casa. Un día, viviendo con nosotros, salió a la calle, no recuerdo ya para qué.
Al regresar nos enseñó lo que había encontrado tirado en el suelo, era este gato o tigre de madera. Yo lo conservo.
¿Cuántos detalles como éstos no han formado? Para los faltos de memoria, ¿cuándos hemos olvidado?
ResponderBorrarAhora que hice memoria, mi mamá aún conserva un casco que usaba mi abuelo cuando trabajaba en la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y que mi hermano y yo usabamos para jugar.
ResponderBorrarOraleee, ¿me dejarías tomarle unas fotos?
ResponderBorrarClaro que si.
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