Y tanta duda para nada, tanta búsqueda innecesaria, tanta ciencia inútil.
Todavía me acuesto inquieto, esperando, imagino y recreo. Es como una magnífica ciudad, antigua ya, abandonada ya.
Y a veces la recorro, la espío y estudio; entonces una elaborada y fantástica arqueología me revela secretos, me prodiga misterios, me lanza a falsas pistas, me colma de dudas. A veces el recuerdo no basta.