De noche me da sed, mucha sed. Nunca he podido evitar levantarme en una hora indefinida de la madrugada, sin embargo cuando interrumpo mi sueño me cuesta mucho trabajo abrir los ojos, literalmente, por lo que ando casi a tientas y, antes de servirme el agua, tengo que esperar unos momentos para no terminar tirando todo.
Una noche, mientras esperaba orientarme, escuché que algo goteaba, y, casi entre sueños, empecé a seguir con el oído el goteo. Lo hallé en una pared, la luz de la luna dibujaba un rostro atormentado en ella, de sus ojos goteaba leche, que diminutos ratones, como insectos, bebían ávidamente.
Fuente Foto: Can you explain these photographs |
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