Casi ha entrado la noche y tienes que ir a comprar tu cena pero apenas sales a la calle encuentras a tu novia que viene llorando. La abrazas y la llevas a casa casi cargándola, ella sólo llora, no puede articular palabra alguna. La acuestas en la cama y ella se tapa con las cobijas mientras vas a la cocina por agua.
Llevas ya el vaso cuando algo pasa, es como pisar un escalón que no habías visto, es como salir del agua, es como despertar. De pronto te sientes solo, como si no hubiera nadie más en tu casa, vas a tu cuarto dudando de lo que está pasando; al entrar ves el bulto en la cama, pero no sabes si son las cobijas o unas persona, algo no coincide. Te sientas a su lado para abrazarla, quieres verla a los ojos y preguntarle que ha pasado, pero no lo permite, no puedes destaparla, al contrario, ella te jala, es fuerte, muy fuerte. Debajo de las cobijas se le oye llorar, o quizás reír...
Llevas ya el vaso cuando algo pasa, es como pisar un escalón que no habías visto, es como salir del agua, es como despertar. De pronto te sientes solo, como si no hubiera nadie más en tu casa, vas a tu cuarto dudando de lo que está pasando; al entrar ves el bulto en la cama, pero no sabes si son las cobijas o unas persona, algo no coincide. Te sientas a su lado para abrazarla, quieres verla a los ojos y preguntarle que ha pasado, pero no lo permite, no puedes destaparla, al contrario, ella te jala, es fuerte, muy fuerte. Debajo de las cobijas se le oye llorar, o quizás reír...
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