miércoles, 4 de mayo de 2016

Algunas consideraciones sobre la carne de borrego contadas por un ganadero de Hidalgo

Hace diez años trabajé en una consultoría, realizábamos proyectos de inversión agropecuarios, principalmente en la región de la Otomí-Tepehua, en el estado de Hidalgo. Su principal actividad era la producción de café orgánico (nombre muy fashion que no refleja la verdad de la actividad), pero también intentó acercarse a otros sectores de la producción, uno de ellos fue la cría y explotación de ganado ovino.


Uno de los primeros pasos para armar el proyecto fue conocer el proceso de producción de ovinos, para lo cual contactamos a un ganadero local. Ya no recuerdo el nombre del rancho, ni su ubicación, sólo sé que estaba camino a la región Otomí-Tepehua, un poco adelante de la desviación para entrar a Pachuca, Hidalgo. El ganadero era tal como se lo imaginan: alto, fornido y bigotón; todo un rancherote.

Tomado del Cuaderno Regional y Estadístico de la Región XII Otomí-Tepehua

Nos llevó a su rancho ganadero y nos mostró las especies de borregos que manejaba. Desde niño estoy habituado al campo, mis padres siempre mantuvieron contacto con sus pueblos, sobre todo mi madre, nosotros íbamos al pueblo de mi ella varias veces al año, así que no era la primera vez que tenía un borrego enfrente, pero los borregos de este rancho eran mucho, mucho más grandes de lo que nunca había visto. Recuerdo el nombre de dos razas que vi ese día, la Dorper y la Pelibuey.


A principios de este año vi un vídeo en Facebook sobre la supuesta verdad detrás de la industria láctea y recordé todo lo que nos enseñó esa tarde el ganadero, pues lo mostrado ahí es una flagrante mentira, es decir, así no opera la industria del ganado. Los animales son caros y exigen mucho cuidado, en el momento de la realización del proyecto, hace diez años, el precio de un semental de ovino era de tres mil pesos y el de un vientre de 1,500, pero para hacer un hato con rendimientos, necesitabas al menos un semental y 20 vientres, y eso que no estamos hablando de los costos de mantenimiento y producción. Es una mentira que puedas explotar a los animales del modo que dice el vídeo, es imposible, no te darían los rendimientos esperados, aunque tuvieras mil cabezas, simplemente no funciona así.


El ganadero también nos explicó porque es prácticamente imposible que se venda carne de perro en los tacos. El proceso de engorda en los ovinos es rápido, porque en al menos nueve meses (si no me equivoco) el animal ya debe estar listo para convertirse en carne en canal; salvo los que hayan sido seleccionados para convertirse en vientres y sementales. Esto es porque si el animal envejece más tiempo su carne se hace dura, fibrosa, seca; en resumen, poco apta para consumirse. La carne de un viejo perro callejero, además de ser muy poca, resultaría inmasticable, aunque claro, siempre se le puede agregar ablandador; por eso, el ganadero nos alertó de consumir carne que ya estuviera picada, recomendó escoger los lugares donde se viera el trozo de animal, como en las barbacoas que ponen el borrego en en una vitrina y en cambio huir de, por ejemplo, los triciclos que venden tacos de carne picada finamente, siempre sospechosamente tapada con un plástico :S En todo caso, la carne de los tacos baratos es probable que venga de carne de caballo viejo...

-Oiga, que sus tacos son de perro
-No, como cree, mi jefe, aquí pura carne de caballo viejo

También nos dijo que mucha de la barbacoa que se consume en el DF proviene de Nueva Zelanda, así es, de la Tierra Media, ellos son los principales productores a nivel mundial de carne de ovino (por cierto, los excedentes de la producción están matando a la gente de la región con más obesos del mundo); la carne es exportada en paquetes, llamados paletas, y según el ganadero, la barbacoa que te comerás este domingo puede ser que tenga congelada casi dos años; ignoro si esto es posible, pero me gustaría saber la opinión de un químico en alimentos. Finalmente, el ganadero nos recomendó comer barbacoa en la región entre el DF e Hidalgo, así como ciertas zonas del estado de México. La mejor barbacoa que yo he comido está en el municipio de Amanalco de Becerra, se prepara con borregos matados un día antes, es tradición: lo sé porque alguna vez ayudé a matar un animal en una especie de rito iniciático, pero eso otra historia...


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