1998.
Johan Sebastian Bach - Concierto de Brandembrugo n.° 5 I Allegro
Ese mismo año cortejé a cuatro chicas, ¿por qué lo menciono?, pues porque yo creí que no había hecho eso nunca, tenía la idea que siempre había sido fiel, hasta en los más sencillos intereses, pero al hacer la recapitulación de mi vida descubrí esta extraña verdad: Ahn, Karla (la pelirroja), Mariana (eso no se la sabían ni mis amigos más íntimos) y Lilith.
La base de la música barroca es el contrapunto, que para decirlo chabacanamente se trata de repetir una misma estructura dotándola de ciertas variantes, ponga usted atención al Concierto de Brandemburgo, no es difícil entender el concepto. Bueno, pues así se puso la onda en mi vida, todo fue una pieza barroca.
Ese año entré de lleno al estudio de la literatura, leía como poseso a Jakobson, a los Estructuralistas rusos, al Grupo M de retórica, a Helena Beristain. Leía también a Cortázar, a Arreola, a Carpentier, a Paul Claudel, a Flaubert. Empecé a especializarme en J. S. Bach. ¡Fui al XVII Encuentro de Jóvenes Escritores a la Ciudad de Mazatlán, Sinaloa (en representación de la UNAM)! Caminé por las calles de la ciudad con un portafolios repleto de libros que compraba en la librerías de viejo... Pero sobre todo me enamoré del contrabajo en la obra de Bach.
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