lunes, 6 de septiembre de 2010

A mis 22 años

A mis 22 años nació la costumbre de escribir un texto cuando se acercaba mi cumpleaños, en una especie de reflexión hacia el balance anual, era como poner mi corazón en la balanza de Anubis. Hoy reseño este texto, aunque debo confesar que lo he editado.

De antemano aviso que supura adolescencia, sí, es todo quejas y lloriqueo. No se preocupe el lector, está realmente resumido y censurado.


22 años
 Siempre, a esta altura de mi vida, me viene el desgano; me lleno de ganas de no hacer nada. Quisiera estar solo para no estorbar; pero, quisiera estar acompañado siempre, que me enseñaran a vivir la vida de nuevo. Axcanteotl, el señor del tiempo, me esta comiendo, siento que ha empezado a morderme los pies, y temo un día termine de engullirme.
En esta altura de mi vida no queda ni siquiera el llanto, sólo siento dolor y tristeza, prácticamente odio mi vida, el hastío es mi corazón. ¿Existirá de verdad la salvación?, ¿dónde quedó la puerta?
A mis 22 años siento envejecer, lleno de mediocridad; y tan, pero tan aturdido por todos, que ya no puedo apoyarme en mis viejos triunfos. Siento que no me queda nada. ¿Crearé yo al nuevo ser?
 Indudablemente mi cuerpo está vacío y quiere contener algo… Sé que necesito vivir la vida, pero ya no tengo ganas.
No se crea que las razones han dejado de existir, por supuesto que las tengo, sólo que son tan exigentes, tan dolorosas y tan urgentes que siento que no me dan tiempo de entrar de nuevo.
¿Entrar a qué? Mira, me he dado cuenta que la vida (absolutamente todo lo que esto puede significar –“tanto lo uno como lo otro”–) es un circulo hermoso que contiene otros tantos círculos, los cuales están alineados en diferentes órbitas y momentos, y giran tan rápido que parecen una esfera que anda. Así pues me siento fuera de ésta esfera, y vuela tan rápido –y tan ajena a mí– que no me da oportunidad de entrar. De este modo sucede cada vez que me siento más como un mono, un gato o una planta: sin raciocinio.
He perdido el sentido de la responsabilidad, no se que me ha pasado, inclusive me asusta pensar que jamás lo tuve.
 2ª Epifanía 11-XII-2002: siento que sólo soy un niño que busca repentinamente el sentido de su existencia ¿Cuántos años tengo en realidad?

2 comentarios:

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